Regalar un lote o cesta de Navidad es una costumbre muy arraigada en nuestra cultura. Es una forma de gratitud y de buenos deseos.
Este detalle viene de la época romana, donde el patrón repartía a sus clientes un cesto con comida. Aunque desde esos primeros regalos hasta la actualidad, la tradición ha ido cambiando y, ha pasado por momentos de bienestar y de crisis. Pero pese a todo, ha prevalecido el deseo de agasajar con buenos productos, a aquellos que consideramos importantes.
Son un detalle navideño, práctico, útil y tradicional. Aunque si no se tiene cuidado, también pueden dar una imagen distinta a la deseada. Es muy importante elegir bien los productos que incluimos ya que denotará nuestro interés hacia quien va dirigido.
Lotes personalizados
No hay peor regalo que aquel que no muestre la intención de sorprender y gustar a quien lo recibe, presentes impersonales, que denoten que no se ha tomado tiempo a pensar en quien iba destinado, consiguen un efecto totalmente negativo.
Aunque los lotes navideños son cestas llenas de productos típicos de esas fiestas, como dulces navideños, embutidos o bebidas, debes desmarcarte de los lotes producidos en línea. Decántate por ir a comercios especializados en la venta de artículos de alta calidad, donde sabrán aconsejarte sobre los mejores productos y darán una estética al regalo diferente a cualquier otra cesta.
Si conoces los gustos de la persona a quien va destinada, o si sabes que tiene algún tipo de alergia, podrás llenar el lote con productos estrella y sustituir los que pueden ser alérgenos por otras opciones. Esto puede ser algo más difícil cuando se tiene el detalle con varias personas, como podría ser el caso de los regalos a empleados, para estas situaciones, lo más fácil para no fallar, es pensar en aquellos momentos en los que nosotros recibimos una cesta, recordar que cosas nos hicieron más ilusión y por el contrario, que otros aspectos se nos quedaron en la memoria negativamente. Lotes con productos variados y que pueden estar en la mesa de cualquier hogar en fechas navideñas nunca vienen mal.
Para todos los casos, es recomendable añadir una nota o carta con nuestros mejores deseos.
¿Cómo presentarlo?
Hay muchas posibilidades al respecto:
- En caja. Es la opción más sencilla, pero puede ser la ideal, si tu presupuesto no te permite otras opciones y no quieres dejar de hacer el regalo. Si priorizas en el contenido y no en el continente, quien lo reciba lo agradecerá seguro. Aunque la caja es una forma más austera de presentación, puedes darle un toque personal, que llame la atención positivamente.
- En cesta. Es la más vistosa por excelencia, tiene la ventaja de que todos los productos están a la vista, aunque si no se colocan adecuadamente, de manera que todos ellos brillen y no desluzcan el conjunto, podemos no conseguir el efecto deseado.
- En baúl. Con los baúles de madera añades un toque de sofisticación y elegancia al regalo. Quien lo recibe, sabe automáticamente, que su contenido será exclusivo y de altísima calidad.
No olvides los productos estrella
Como hemos dicho antes, la clave del éxito está en regalar productos que no faltan nunca en nuestras celebraciones navideñas. Jamón, turrones, bombones, licores, vino, cava, embutidos… no pueden dejar de ponerse en los lotes.
En función del presupuesto estará el poder poner mayor o menor cantidad, pero siempre se debe optar por productos de alta calidad.
Los lotes de Navidad son una buena manera de sorprender, de valorar y recompensar el trabajo, de compartir anhelos y buenos deseos, de generar buen ambiente, de agradecer… no llegues tarde y empieza ya, a preparar el tuyo.