Cada vez somos más conscientes que la una buena alimentación es la base para una salud y bienestar completos. Y para muchos, el comer no es solo una necesidad básica, sino un placer y unos de los momentos en los que se puede compartir experiencias gastronómicas que llenen todos los sentidos.

La cocina ha pasado por muchas fases, modas, tendencias… hay muchos apelativos y en la actualidad se dice que la cocina es todo un arte. Sin duda, la comida se disfruta con la vista, el olfato, el gusto e incluso con el tacto y el oído. Por ello son muchos los restauradores que buscan el deleite de sus clientes a través de sus creaciones.

Pero comer bien no es exclusivo de grandes restaurantes, la buena cocina está al alcance de todos.

A continuación, os mostramos algunos de los aspectos que a tener en cuenta a la hora de cocinar para obtener un plato exquisito.

La materia prima

Son los productos de calidad los que, en primera instancia, van a conseguir que nuestro plato sea exquisito.

  • Alimentos de temporada y de proximidad. La naturaleza se rige por una temporalidad, no todas las frutas y verduras crecen en las mismas estaciones, y el hecho de que encontremos en siempre de todo en los comercios, significa que los alimentos vienen de otros puntos de la geografía y por lo tanto sufren procesos de manipulado y transporte mayores. Los productos de temporada y proximidad nos aportan múltiples beneficios, no solo a nivel nutricional. Son alimentos obtenid
    os en su momento óptimo de maduración y por lo tanto nos darán más intensidad tanto en sabor como en olor y color. Al ser de proximidad o de km 0, nos garantizan mayor frescura.
  • Alimentos ecológicos. Son aquellos libres de químicos. Cultivos sin pesticidas o abonos químicos y procesos de envasado sin aditivos, que benefician a nuestra salud.

Sin duda, la mejor cocina empieza por la elección de productos de calidad.

Elaboración cuidada

Potenciar el sabor de los alimentos manteniendo todas sus propiedades nutricionales, es otro de los puntos que debemos conseguir para lograr un buen plato.

Hay muchos métodos de cocinado, pero no todos son adecuados a todos los productos. 

 Hemos conocer qué técnica potencia o merma las cualidades del alimento.

  • Al vapor. Se trata de un método de cocinado en el que se somete al producto a una elevada temperatura en un ambiente cerrado y húmedo sin sumergirlo en agua. El recipiente suele constar de dos partes, una inferior donde se hierve el agua y una superior, perforada en la base, donde se coloca el alimento. El recipiente queda tapado en la parte superior para evitar que el vapor, que asciende del recipiente inferior, se pierda. Es perfecto para verduras y pescados.
  • Hervido. Consiste en sumergir el alimento en agua y llevarlo a ebullición. Se puede utilizar esta técnica con la mayoría de alimentos.
  • Sofrito. Se trata en cocer el alimento con poco aceite y a media temperatura. En ocasiones es un paso previo a otro tipo de técnica.
  • Frito. Es introducir el producto en abundante aceite caliente. Es apto para verduras, carnes y pescados, pudiéndose freír directamente o con un rebozado o empanado previo.
  • A la brasa. Es cocinar los productos sobre una parrilla bajo la cual hay brasas incandescentes.
  • Guisado. Consiste en cocinar los alimentos en su jugo, a baja temperatura para que se cocinen poco a poco.

Debemos conocer las características del producto que tenemos entre manos para tratarlos de manera que ensalce todo su potencial gustativo sin perder sus valores nutricionales.

Disfrutar de la gastronomía está a nuestro alcance con pequeños detalles y sus beneficios son mayúsculos.

 

El placer de comer bien
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